La moda islámica
pretendió entrar en Paris
en 2009
pretendió entrar en Paris
en 2009
París hace 2 años atrás cayó en la tentación de introducir la "ABAYA" islámica del mundo árabe, que es para nosotros los occidentales la llamada "túnica", esto fue cuando en el año 2009 en el Hotel Georges V se realizó un desfile del más alto nivel donde participaron grandes de la moda como John Galliano, Carolina Herrera y Alberta Ferretti.
En Libia la vestimenta de la mujer no es tan ortodoxa como en otros países musulmanes, pero la vestimenta al estilo occidental no es aceptada actualmente, aunque en los últimos años ha habido cambios en la vestimenta.
Las mujeres de mayores siguen usando el "burka", una prenda larga y suelta que las cubre de la cabeza a los pies, sólo deja ver los ojos.
Las mujeres de mediana edad usan las "abayas" (manta como abrigo) y "xilabas o jilabas" (vestidos anchos o túnicas), algunas van abiertas por delante, o tienen mangas muy anchas o tienen una gran capucha, hay muchísimas variedades.
Las chicas jóvenes (por supuesto siempre con la cabeza cubierta, porque para esta cultura el pelo es un atractivo sexual muy importante y evita toda provocación), ya casi se visten más occidentales porque lo ven como algo pasado, suelen vestir con faldas largas ceñidas (como una sirena) y camisetas o camisas.-
La polémica es interminable. Para muchas personas, incluido el presidente francés Nicolás Sarkozy, el manto que cubre a las mujeres musulmanas es un elemento de subordinación a los hombres y por eso abogan para que su uso por fuera de los países islámicos sea cada vez más reducido.
“No son bienvenidas”, dijo de ellas Sarkozy en 2009. Una decisión que podría sonar políticamente correcta desde el punto de vista de Occidente, donde no es fácil comprender por qué muchas mujeres escogen cubrir sus cabezas y esconder sus curvas en esos largos y anchos vestidos, por lo general negros.
Cubrirse va más allá de una exigencia masculina, y muchas veces religiosa; hace parte de la identidad cultural. “Es su realidad, representan lo que son. Hacen parte de su historia y ellas se sienten orgullosas de llevarla”, asegura el libanés Al Hares Hayda, dueño de Assyla, una compañía pionera en diseñar esas abayas.
Movidas por este sentimiento muchas mujeres de toda la región, conocidas por ser adictas a la moda y a las grandes firmas de las que son sus principales clientas, invierten cientos de miles de dólares cada año en moda oriental.
Y no sólo en esas túnicas negras, largas y generalmente aburridas con las que se tienen que cubrir por obligación en algunos países de la zona cuando salen a la calle, sino en abayas couture con diseños contemporáneos que han convertido a esta prenda en una pieza de culto para muchas mujeres, incluso no musulmanas.
“Las mujeres árabes son cada vez más educadas y ahora saben escoger lo que quieren llevar, no impulsadas por lo que dictan las tendencias occidentales, sino por lo que mejor les va a ellas”, asegura Haydar, quien tiene entre sus clientas a muchas de las princesas y mujeres más ricas de esa región.
Esta reinterpretación de la moda ha traído como consecuencia que las prendas orientales estén ganando terreno no sólo en el mundo islámico.
A este fervor contribuyó considerablemente el británico Bruce Oldfield, uno de los creadores más buscados por las grandes damas de la moda en el Medio Oriente. Oldfield fue el primero que exploró dentro de ese terreno desconocido para los diseñadores occidentales y creó la abaya más costosa de que se tenga memoria hasta hoy: 365.000 dólares. Al fin y al cabo estaba confeccionada con 4.668 diamantes y 359.7 gramos de oro blanco. “No ha sido una experiencia fácil”, dijo en 2008 cuando la presentó a la prensa. “Las abayas no pueden marcar las curvas de la mujer, y yo he trabajado toda mi vida para destacarlas”.
Imágenes desfile en Paris de Julio de 2009:
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